martes, 13 de mayo de 2008

La mejor empresa


Es difícil esto de establecer de una forma objetiva, cual es la mejor empresa, de cada sector, de cada país, de cada actividad.
La verdad es que se me ocurren numerosos ejemplos, pero sucede que todas serían finalmente valoradas de una forma subjetiva.
La que es buena por un motivo, no es tan buena por otro.
Pero sí que hay una empresa que sin duda es la mejor de todas.
Su departamento de producción siempre tiene los artículos, en el día y a la hora establecidos.
Los servicios de psicología que presta, están siempre disponibles.
Incluso su departamento financiero está a tu disposición si tu necesidad lo requiere.
Su desinterés por nosotros como clientes, es incalculable.
La labor social que realizan, es muy superior a la de cualquier ONG (vamos, ni la Cruz Roja)
El grado de cualificación de sus trabajadores es insuperable, y muchos de ellos ni siquiera han cursado, principalmente porque no se les dio la oportunidad, estudios superiores.
Disponen de guardería gratuita 24 horas al día, 365 días al año.
Su labor es callada, desinteresada, y oculta. Y por supuesto, su rentabilidad alcanza valores insospechables.



Son miles, ¡qué digo miles! Son millones de personas las que trabajan en esta empresa, y lo verdaderamente injusto es que todas ellas no cobran un sueldo, no tienen sindicatos, no tienen permisos ni vacaciones, no pueden disfrutar de bajas maternales, no tienen derecho a la huelga, ni cotizan al desempleo, no tienen derecho a la jubilación, y mucho menos a una pensión, y en muchas ocasiones no pueden ni siquiera abandonar la empresa, para ir a otra donde sean mejor tratados.

Seguro que muchos de vosotros, ya sabéis a que empresa me refiero. Realmente no es una, sino millones de empresas las que quedan encuadradas en el sector de actividad que describo. Son tantas, como trabajadores que forman parte de ella. Si aún hay dudas, estoy hablando de las amas de casa. Y lo expreso en femenino, porque, así a “grosso modo”, los amos de casa no deben alcanzar siquiera el 1%

Sí, es la empresa más rentable del mundo, y sin embargo, sus trabajadores que cumplen puntualmente sus tareas hasta el día de su muerte son los peor tratados por todos los gobiernos del mundo, del color que sean.

Y es la empresa más rentable del mundo, porque sin ellas, ¿cuántas horas menos tendrían que trabajar los que sí son considerados trabajadores? ¿cuánto capital a mayores tendrían que invertir las empresas públicas y privadas para financiar la ausencia de las horas que se gastan en las tareas domésticas?

Durante los últimos años, hemos asistido a la puesta en marcha y potenciación, desde las instituciones, de diversas ayudas para las madres trabajadoras. ¿Es que las amas de casa no trabajan? ¿Es que las amas de casa no tienen derecho a ayuda ninguna? ¿Es que hay que cobrar un sueldo para tener derecho a una ayuda? Entonces, ¿de qué sirven las ayudas?

Cuando en España, se establezca, de verdad, un reconocimiento a esta fundamental labor, sólo entonces podré reconocer que vivimos en un país moderno.

6 comentarios:

animalpolítico dijo...

Si ese es el criterio para país moderno, entonces no hay ninguno en el mundo, me temo.

Su tarea es fundamental para la sociedad, y la sociedad, en realidad lo reconoce. Pero disimula bastante...

Dardo dijo...

Felicitaciones por su fresco blog, Contrapunto. Está visto que la "familia" se nota a la hora de escribir.

Le copio un enlace de la fundación Burke que acabo de leer; donde se pone en valor esto de lo que habla, que ahora la progresía está empezando a caer en la cuenta.

http://www.fundacionburke.org/2007/03/04/reivindicacion-del-ama-de-casa-defensa-de-toni-santiago-y-algo-mas/

Nosotros como vamos con retraso en esto, desconocemos que en la RF de Alemanía se abrió un debate en 2006 que ha supuesto una nueva política familiar compensatoria. Ya es algo. Se compensa hasta el 67% del salario y puede llegar hasta los 24 meses.

Pero aquí en nuestra Patria hemos estado en política familiar "deconstruyendo". Y, perdóneme, pero yo creo que hay una justicia inmanente. El mal es a la larga absurdo e ineficaz. Existen, a mi modo de ver, una leyes en la convivencia que no necesariamente están avaladas (en ocasiones hasta atacadas) por nuestros legisladores seculares. Pero, ya le digo, contrariar las leyes últimas y el derecho a la vida sólo se puede hacer durante un período limitado; y es entonces cuando llegado el punto advertimos que esto no funciona (que los niños están solos, que nadie se ocupa de los abuelos, que no hay educación familiar en valores, etc) cuando volvemos a ese orden natural que hemos desviado.

Bien. Le reitero mis felicitaciones por el tratamiento tan fresco y atractiva de estos temas. También me gustó su entrada previa donde liga la productividad al consenso y a la democracia participativa (al menos en la relaciones sociales dentro de la empresa).

Contrapunto dijo...

Gracias Dardo por tu visita, espero que no sea la última. Me gustaría que aclarases un poco el dato que nos ofreces respecto a Alemania, ¿a quién le compensan ese 67% del salario de quien?

Gracias Animal. No tengo autoridad suficiente para establecer tal criterio como el válido, pero me gustaría. Y efectivamente, si es así, ningún país sería moderno.
Esto, sólo me sirve, nos sirve para darnos cuenta de que en España no hemos hecho más que empezar una tarea ardua y durarera, pero que debería ser "materia troncal" de todos los programas de gobierno del color que sean.

En lugar de tanto canon, igual subir un 1% el IVA de todos los productos y destinarlo a la protección familiar... y ésto es sólo un ejemplo.

Un saludo

Anónimo dijo...

Pongo mi granito de arena para ayudar a impulsar el blog. No creo que pueda ayudar mucho ni en cantidad, ni en calidad, ni en convicción –tengo una fé mustia para estas cosas- pero sí creo que puedo, por lo menos, presentar mis respetos a contrapunto y al contador de accesos.
Felicidades por el tono abierto y acogedor que, al menos por ahora, se respira en él.

Entrando en materia, lo que siempre me planteo con esta cuestión es “vale, pero quién lo paga…”. ¿Quién paga el trabajo doméstico?. “Las amas de casa deberían tener un sueldo…”, sí, pero ¿ pagado por…?. ¿El Estado?. Bueno, se me ocurre que dicho así sin más no sería exactamente un sueldo, sino una especie de subsidio universal. ¿Nos podemos imaginar siendo sorprendidos por el inspector doméstico a la hora de la siesta comprobando si fregamos o vemos la tele, si barremos debajo de la cama…?. No hacemos trabajos domésticos para el Estado, ni para un empleador al que “enajenamos el fruto de nuestro trabajo a cambio de un salario”. Hacemos trabajos domésticos para nosotros y para los nuestros. La mujer que “se queda en casa” hace una labor impagable para su familia, y suele generar un capital social también impagable e incuantificable, aunque seguramente valiosísimo para toda la sociedad.
No creo que debamos perder de vista esta realidad a la hora de buscar soluciones, no sea que acabemos en imposibles o en absurdos que no respondan a la realidad vital de lo que es el ama de casa o el trabajo doméstico.
El trabajo doméstico no se remunera, en principio, porque no hay un empleador ni público ni privado; esto no quiere decir que no se valore ni se cuantifique su beneficio en el seno de la empresa a la que alude contrapunto. Nuestro derecho civil recoge desde hace años el valor del trabajo doméstico a la hora de la disolución del régimen económico familiar. Uno ganaba un sueldo, y el otro realizaba tareas domésticas que de haber encargado a un tercero tendrían un coste económico, contribuyendo ambos al levantamiento de las cargas familiares. Lo podéis ver en normas incluso “forales”, muy recientes, como la velenciana http://www.lexureditorial.com/boe/0704/08279.htm
Por lo tanto, respondiéndome, el que paga es el que recibe, al menos, una parte de la prestación: el cónyuge.
¿No debe pagar nunca el Estado?. Yo no he dicho eso. El trabajo doméstico se realiza para la familia, o para la persona con la que se convive y que no realiza esas tareas. Sin embargo sí que puede generar, de forma indirecta, un capital social. Una sociedad con amas de casa tendrá todo lo que me digáis en contra, pero reconocedme que con una mamá en casa se vive muy bien. Hay un efecto directo sobre cosas tan dispares como la inflacción, la educación y la salud mental. Bueno, quizás no tan dispares. Me adelanto a la objeción; me refiero a amas de casa satisfechas de serlo, no a mujeres atadas a la cocina, despreciadas, apaleadas y soñando con volar…sobre tópicos entro luego. El Estado puede –y debe- pagar para incentivar cosas como la maternidad y paternidad, el cuidado de los niños pequeños, la educación afectiva y emocional, el equilibrio…que produce la presencia constante de un progenitor en el hogar, casi siempre la madre. Es algo valiosísimo…especialmente si se produce de forma voluntaria.
Dardo se refiere en el caso alemán a la posibilidad de acogerse al beneficio de quedarse uno de los padres hasta 24 meses en casa percibiendo el 67% de su salario. http://www.upf.edu/iuslabor/022007/Alemania.pdf
Creo que es el modelo implantado por Janne Haaland Matláry en su tiempo de ministra en Noruega, hace ya más de una década. Lo cuenta en “El tiempo de las mujeres”, publicado en España por Rialp.
Desconozco los detalles, ¿cómo se financia?. La pregunta me resulta especialmente interesante porque todas estas prestaciones se están extendiendo dentro de un proceso no precisamente expansivo del gasto público. Escandinavos, holandeses, alemanes, están desde hace años recortando gasto público y limitando prestaciones; de modo que estos incrementos supongo que se realizan a costa de recortes en otras cosas. Dejo aquí la cuestión por si otro puede arrojar más luz.
Para acabar uso de pie de apoyo el enlace que nos ha dejado dardo con el artículo de Esparza. Un interesante viaje de ida y vuelta por el camino de lo políticamente correcto. Lo cierto es que la frase de la periodista: … tales cosas no pueden estar dentro del “ámbito de reflexión” de “una madre de familia” y la repuesta de la “madre de familia”: ser madre de familia no significa ser tonta me resultan muy pertinentes.
Ahí hay una clave del asunto: el desvalor que muchas mujeres dan a la mujer que es “madre de familia”. No se trata ya de que una mujer que sea científica, abogada, ejecutiva, artista, funcionaria, lo que sea y que nos suene como un empleo digno, y que lleve asociado cierta capacidad intelectual que nos produce respeto, pueda dejar ese empleo para dedicarse a su familia, lo que dejaría la duda de si esa mujer habría sufrido, en el tenor de lo dicho por la periodista, una reducción o amputación de su capacidad intelectual; se trata de si una mujer que no ha entrado en el mercado laboral es, por ello, incapaz de toda instrucción necesaria para comprender los rudimentos esenciales de la vida pública, carente de interés por entender esas cosas tan complejas, y ayuna de sentido común. Un hombre, con igual o menor nivel de instrucción, empleado en una cadena de montaje, ¿recibiría igual respuesta?.
Hay todavía, muchos hombres, pero también muchas mujeres, que piensan que la dignidad y libertad van asociadas a ese esquema machista de poder basado en el dinero y en la fuerza; y ellas se dicen feministas, pero para tener que dejar de comportarse como mujeres. El nuevo feminismo supone un paso más, pero para todos: que la mujer pueda participar plenamente en la vida social siendo mujer, y que la sociedad se enriquezca con valores femeninos, como la cooperación.
Y finalmente, como no podía ser menos, ya lo dijo Chesterton: “miles de jóvencitas, al grito de no queremos que nadie nos dicte nuestra vida, se convirtieron en dactilógrafas”.

M.Angel dijo...

El oficio mas desagradecido y menos respetado ( por ejemplo el término marujas).
Pienso subirte el contador ya que te voy a leer.
Un saludo.

Anónimo dijo...

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