sábado, 10 de mayo de 2008

¿Por qué crecen las empresas?


¿Es compatible la felicidad del trabajador con el crecimiento económico de las empresas?
Desde hace más de un año hemos podido escuchar a los dirigentes del Partido Popular, y a diversos analistas económicos que la crisis que se nos avecina será catastrófica. Incluso Rodrigo Rato, del que nadie discute su valía para el análisis económico, valoraba que la crisis podría llegar a niveles cercanos al crack de 1929. En España, sin duda, acrecentada por la recesión en el mercado inmobiliario, pilar básico de nuestra economía. Desde el Gobierno incluso se han aprobado fuertes medidas para contrarrestar los perniciosos efectos que tal crisis puede acarrear a las economías familiares.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte hay ciertas informaciones que, cuanto menos, han hecho que me haya sentado a investigar. A sumergirme un poco más en un proceloso mar de datos y cifras.
Al terminar la Semana Santa, se dijo en Salamanca que la ocupación hotelera había sido la más alta de los últimos, no dos, ni tres, sino ¡diez años! Sorprendente.
En diferentes noticiarios televisivos nacionales, escuché, que mientras la mayor parte de las empresas inmobiliarias presentaban la obligada suspensión de pagos, y que las ventas de vehículos (otro importante sector, pilar de la economía española) experimentaban un descenso tras otro en sus ventas (curioso, marcas como BMW, Audi o Mercedes, no sólo no han descendido sus ventas, sino que siguen aumentando), debido en gran medida al fin de la ayuda estatal, el famoso “plan prever”, existían otras con enormes problemas para acometer el aumento en el volumen de sus encargos, en concreto las de reformas (claro, "si no puedo comprar un piso, arreglo el mío"), seguridad (con tanta gente al paro, ¿quien puede garantizar que todos sean "honrados"?), decoración ("como no me llega para irme de vacaciones, me entretengo con las chapucillas caseras"), y así una larga lista de empresas, sectores de actividad, que en lugar de experimentar pérdidas, presentaban aún mayor crecimiento que en el año anterior. Esto es mágico. A mí me lo parece al menos. En este mundo global, de economías capitalistas, el hundimiento de unos, se convierte en la oportunidad de otros.



Pero esto no es lo más importante. Hace una semana, leo en el suplemento rosa del ABC, Infoempleo (núm. 83, domingo, 4 de mayo de 2008), y en portada, el siguiente titular: "los 50 mejores lugares para trabajar en España" Con enorme curiosidad, abro, y comienzo a leer el artículo. Sinceramente, pensaba que iba a centrarse en lugares, ciudades, pueblos, provincias, que, por determinadas circunstancias fuesen más agradables para el trabajador. Pero no. El artículo presentaba un estudio realizado por una prestigiosa consultora norteamericana, Great Place To Work Institute Inc. (www.greatplacetowork.com) donde se establecía un ranking de empresas mundiales que optaban a ser las mejores para trabajar en ellas. Y es que estos americanos, para otras cosas no, pero en esto de la gestión empresarial, son unos hachas los tíos. Este ranking está compuesto por una lista de 50 empresas, elegidas entre 250 candidatas. Y para establecer el ranking se ha optado por el sistema de encuestas anónimas a más de 100.000 empleados, encuestas en las que “parámetros como credibilidad, respeto, trato justo, orgullo de pertenencia y compañerismo son los que los empleados han tenido en cuenta a la hora de valorar a sus empresas”.


Y destaco ciertos datos comunes a todas ellas, a saber:
1.- El 68% de los empleados es quien evalúa a sus directivos
2.- El 81% de sus empleados tienen un horario flexible
3.- El 50% de los hombres y el 44% de las mujeres alargan la baja tras el nacimiento de un hijo
4.- Un 30% de las personas puede trabajar desde casa
5.- Los empleados de estas compañías pueden ampliar hasta 15 días extras de vacaciones.
Impresionante. ¿A que sí? Pues falta lo mejor. Lo mejor de todo esto es que estas 50 empresas son las que mejores resultados financieros obtienen. Sí, sí, lo que habéis leído. Las 50 empresas ganadoras, que emplean a un total de 55.858 personas en España, incrementaron su facturación anual una media del 18% respecto del ejercicio anterior. Pero hay más:
• Más puestos: El número de empleados de las mejores creció un 29%, lo que se tradujo en 15.500 puestos nuevos
• Retención del talento: por término medio, el año pasado se marchó voluntariamente el 3,55% de la plantilla. Además, las 50 empresas ganadoras recibieron 300.000 solicitudes de empleo. Como arma para la retención, destinaron 3.500.000 horas a la formación.
• Absentismo laboral: el Instituto señala que la media se situó en el 1,47% (ni en la empresa pública, vamos)
• Temporalidad: sólo el 4% de sus empleados tiene un contrato temporal, mientras que la tasa media de temporalidad alcanzó en España el 31% en 2007.

Y como decían los dibujos animados, “no se vayan todavía, aún hay más”.
Hasta diez rutas de autobuses, jornadas flexibles (incluso los de producción), ayudas para guarderías, becas de estudios para hijos de empleados, planes de pensiones, polideportivos, plazas de aparcamiento gratuitas, servicios de comedor subvencionados en un 75% para empleados de base y en un 50% para los directivos (más para el que menos gana), cheques regalo (que representan la mitad de la mensualidad) por el nacimiento de un hijo, una boda o la formalización de una pareja de hecho…en fin, la lista es interminable. ¡Pellizcaros! Lo que estáis leyendo es real.

En España, las mejores son:
1.- DANONE
2.- LILLY
3.- ROCHE FARMA
4.- MICROSOFT IBERICA
5.- NOVARTIS
6.- AMERICAN EXPRES
7.- MASTERFOODS EFFEM
8.- ROYAL CANIN IBERICA
9.- WALT DISNEY COMPANY
10.- AMGEN

Y de entre todas ellas me ha llamado especialmente la atención, el caso de la filial española de Microsoft. Seguro que todos hemos visto en numerosas ocasiones a Bill Gates situado en los altos puestos de la lista de mayores fortunas mundiales que elabora Forbes. Sin comentarios.
Y por último, la calidad de vida. Los más jóvenes llegan con nuevas exigencias a las empresas y buscan más calidad de vida, y “eso está muy bien, porque ya se ha visto que una jornada larga, no es sinónimo de productividad”. El grado de satisfacción de los empleados repercute en los resultados económicos, ya que “un empleado satisfecho es la garantía de tener un cliente satisfecho”. Y el jefe es “la pieza clave, es el nexo de unión entre la dirección y los trabajadores”.

Sinceramente, si yo fuera líder de un destacado sindicato, de un partido político, o de cualquier otro agente social, tomaría muy buena nota de estos sorprendentes datos. Contra la crisis: satisfacción del empleado. ¿será posible?